Una novia para Tancredo

El príncipe Tancredo suspiraba sin parar mientras comía chinchulines en la torre del palacio. Era alto, buen mozo y con rulos. Sabía cantar, bailar, contar hasta mil y meter la cabeza abajo del agua. Tenía un perro, un gato, un caballo y un libro de cuentos. Pero estaba triste....porque lo que más quería tener era una novia. Y no tenía. Un cuento de Anahí Rossello, ilustrado por Andrea Bianco y editado por infantil.com




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